martes, 17 de septiembre de 2013

¡Viva México, hijos de la chingada!

Llegaron las fiestas patrias y con ellas los elocuentes discursos de patriotismo y dignidad nacional, pero seguimos sin ver la realidad que nos desnuda la mirada y nos muestra el entorno más negro que rosa; la mentada independencia de México es sólo la de los libros de texto y la oratoria de concursos escolares. Porque, qué de verdadero puede haber, en ir a celebrar como lo estableciera Morelos en los sentimientos de la nación, festejando el 16 de septiembre como fiesta nacional, conmemorando a su mentor Hidalgo, cuando los fines que se buscaron para conseguir la independencia de México no fueron sólo la separación de España, más bien, hablaban de soberanía, educación y no olvidemos los orígenes religiosos de dicho instrumento, con notorio reconocimiento y una obligatoriedad a obedecer la fe católica.

Por lo tanto, defender una promulgación cargada de simbolismo como lo son Los Sentimientos de la Nación, no es fácil, ni mucho menos de tomar a la ligera, debido a que el momento histórico que vivimos es completamente diferente, que puedo decir del México virreinal al México contemporáneo, sin duda, mucho, pero siempre con suficientes bases para no obstaculizar el desarrollo y el bien social.

Cómo entiendo ésto; la promulgación de Los Sentimientos de la Nación en su carácter de promulgación y contenido dogmático es rica, pero no debe ser considerada cómo un documento sagrado a ser el ideal del Estado de Derecho, quizá lo és en sentido de derechos humanos, pero la eminente subordinación a la religión católica, cómo única y verdadera, no puede formar parte de un país libre y constitutivo tal como lo es México, debido a la formación de la sociedad por un innumerable grupo de creyentes de otras religiones, que aman a su país y creen en las libertades demandadas en aquellos días de inestabilidad política, que solo un grupo de liberales y otros no tanto consiguieron defender con su muerte.

Eso es lo que festejamos, pero no así la fiesta, porqué, ¿Qué de festivo tiene que los antes llamados burgueses y el mal gobierno se apoderan del Estado y ejerzan en él su plutocracia? Nada, no tiene cabida en un mundo de libertades ser esclavo de los comunicadores, representantes laborales, sindicales, municipales o jurídicos, que profesen dicha doctrina, de servir al poder con el poder.

La fiesta patria parece ser un complejo del mexicano solitario, parafraseando a Octavio Paz, en el que el individuo que le tiene miedo a la soledad se une a una sola voz para gritar ¡Viva México, hijos de la chingada!, que antes de ser una manifestación xenófoba, es una reflexión a nuestra propia identidad, son palabras que duelen y lastiman el fondo de nuestros pensamientos, debido a su desesperada búsqueda de libertad.

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