Hoy por hoy podemos estar seguros que México es lo que debe ser, así lo versan los diarios, los noticieros y los juglares modernos pintados como idiotas, bufones que repiten lo que otros han escrito para ellos, ¡A muerto la libertad de pensamiento!, así debería haberlo escrito Nitche, porque no es Dios quién guía nuestro "destino político", es nuestra mala administración, no sólo no sabemos lo que significa democracia, sino que la confundimos con orgía o aquelarre por servir mis palabras de consuelo a mis frustraciones, eso es lo que determina nuestro "destino", unas monedas justifican la avaricia de personas sin escrúpulos, ostentosos adinerados, que a falta de inteligencia buscan idiotizar al pueblo entero con sus contenidos basura; ¡Esa es la causa por la que hoy estamos cómo estamos!
Desde que tengo interés en la comunidad he notado las posturas tan diversas que abundan en torno a conceptos cómo: gobierno, Estado, religión, educación, dinero y la sociedad. Todas rayan en lo maravilloso y sublime de conducirse con apego a la integridad, pero, ¿Qué es la integridad?, ¿Qué es vivir bien? y ¿Quién os ha dicho semejante mentira?
En filosofía, la solución de problemas se deben abordar analíticamente, con interioridad y siempre reflexionando, para encontrar en la razón la solución a cualquier obstáculo o diatriba, al menos en resumen así debería ser. Pero en lugar de eso, tenemos una nutrida idea de lo que el mexicano es y debe ser.
Ante el éxito, debe ser tan egoísta que tiene la obligación de hacerse de un nuevo círculo de amistades, todos exitosos, porque no puede estar con personas que no lo ayuden a seguir teniendo la dicha que ha encontrado.
Ante la tragedia, debe ser tan martirizado que nos recuerde la figura del cristo medieval, aquel que con espinas en la frente refleja la máxima del dolor y el sacrificio, así mismo las mujeres, adquirir la santidad de la María madre del nazareno, quién llora amargamente y se resigna al lado del mártir.
Ante la educación, indiferente, porque en México no se necesita ser educado o sabio para ser "alguien", los "intelectuales" son personas que incomodan por su forma de pensar, ¿Quién necesita a alguien que le diga lo que es ético, legal o mejor para la mayoría de sus congéneres, si se cuenta con el sentido común y la tenacidad nata por ser mexicano?, además de, que ninguno de ellos han logrado lo que se adquiere con la escuela de la calle, cómo ser el mejor futbolista del país, el mejor actor de televisión o un icono popular.
Ante la pobreza, subsecuente, porque a pesar de que la mayoría de los mexicanos vivimos con algún tipo de carencia, no buscamos erradicarla, por ejemplo, ante una nueva aparición en el mercado de artículos de entretenimiento o que alimenten nuestra vanidad, decidimos dedicar nuestros ingresos en adquirirles, encima de que nuestro gobierno, encargado de resguardar la seguridad social y administrar el Estado, se deslinda del enriquecimiento de algunos canallas que explotan la ignorancia, ¿Quizá también se mantenga de la misma ignorancia y la pobreza?.
Ante la sociedad, un vencedor, porque no hay nadie más "chingón" que el mexicano, heredero de la sangre Azteca y sufrido por la avaricia conquistadora, combatiente de la historia y el progreso, digno representante de una casta solitaria y egoísta, que teme a la solidaridad.
Puedo concluir, a la sátira anterior, que lo que escribo aquí es una refresca de lo que se puede apreciar de nuestro entorno mediante una empapada a la cultura mexicana, en su televisión, en su radio, en sus municipios, en sus redes sociales, en sus publicaciones periódicas de mayor difusión, lo que impera es lo antes descrito.
Es fácil decir que el mexicano vive en una mentira, en un mundo imaginativo, en el cual la cotidianidad es despegada a lo que las exigencias dialécticas marcan, pues es más accesible a un mexicano promedio la televisión que un servicio de seguridad social o incluso el de salud.
En la mañana me dijo mi hermano: "Sí en las despensas de oportunidades viniera una pistola, habría menos pobres; así es el mexicano", claro, es una suposición irónica, pero no es alejada de nuestra idiosincrasia.
Queda en nosotros llevar a cabo un cambio y una mejora, en los aspectos mencionados y en más, ya que seguir con una postura como la del mexicano clásico, nos ha costado un retroceso tremendo y una mala herencia para nuestros hijos e hijas. ¡Aún es tiempo!
Imagen que circula en internet a consecuencia de los constantes comerciales televisivos del Gobierno Federal, los cuales han ocasionado burlas cómo ésta.
Publicidad para una película mexicana protagonizada por Eugenio Derbez.