viernes, 25 de octubre de 2013

El mexicano antes del mexicano.

Hoy por hoy podemos estar seguros que México es lo que debe ser, así lo versan los diarios, los noticieros y los juglares modernos pintados como idiotas, bufones que repiten lo que otros han escrito para ellos, ¡A muerto la libertad de pensamiento!, así debería haberlo escrito Nitche, porque no es Dios quién guía nuestro "destino político", es nuestra mala administración, no sólo no sabemos lo que significa democracia, sino que la confundimos con orgía o aquelarre por servir mis palabras de consuelo a mis frustraciones, eso es lo que determina nuestro "destino", unas monedas justifican la avaricia de personas sin escrúpulos, ostentosos adinerados, que a falta de inteligencia buscan idiotizar al pueblo entero con sus contenidos basura; ¡Esa es la causa por la que hoy estamos cómo estamos!

Desde que tengo interés en la comunidad he notado las posturas tan diversas que abundan en torno a conceptos cómo: gobierno, Estado, religión, educación, dinero y la sociedad. Todas rayan en lo maravilloso y sublime de conducirse con apego a la integridad, pero, ¿Qué es la integridad?, ¿Qué es vivir bien? y ¿Quién os ha dicho semejante mentira?

En filosofía, la solución de problemas se deben abordar analíticamente, con interioridad y siempre reflexionando, para encontrar en la razón la solución a cualquier obstáculo o diatriba, al menos en resumen así debería ser. Pero en lugar de eso, tenemos una nutrida idea de lo que el mexicano es y debe ser.

Ante el éxito, debe ser tan egoísta que tiene la obligación de hacerse de un nuevo círculo de amistades, todos exitosos, porque no puede estar con personas que no lo ayuden a seguir teniendo la dicha que ha encontrado.

Ante la tragedia, debe ser tan martirizado que nos recuerde la figura del cristo medieval, aquel que con espinas en la frente refleja la máxima del dolor y el sacrificio, así mismo las mujeres, adquirir la santidad de la María madre del nazareno, quién llora amargamente y se resigna al lado del mártir.

Ante la educación, indiferente, porque en México no se necesita ser educado o sabio para ser "alguien", los "intelectuales" son personas que incomodan por su forma de pensar, ¿Quién necesita a alguien que le diga lo que es ético, legal o mejor para la mayoría de sus congéneres, si se cuenta con el sentido común y la tenacidad nata por ser mexicano?, además de, que ninguno de ellos han logrado lo que se adquiere con la escuela de la calle, cómo ser el mejor futbolista del país, el mejor actor de televisión o un icono popular.

Ante la pobreza, subsecuente, porque a pesar de que la mayoría de los mexicanos vivimos con algún tipo de carencia, no buscamos erradicarla, por ejemplo, ante una nueva aparición en el mercado de artículos de entretenimiento o que alimenten nuestra vanidad, decidimos dedicar nuestros ingresos en adquirirles, encima de que nuestro gobierno, encargado de resguardar la seguridad social y administrar el Estado, se deslinda del enriquecimiento de algunos canallas que explotan la ignorancia, ¿Quizá también se mantenga de la misma ignorancia y la pobreza?.

Ante la sociedad, un vencedor, porque no hay nadie más "chingón" que el mexicano, heredero de la sangre Azteca y sufrido por la avaricia conquistadora, combatiente de la historia y el progreso, digno representante de una casta solitaria y egoísta, que teme a la solidaridad.

Puedo concluir, a la sátira anterior, que lo que escribo aquí es una refresca de lo que se puede apreciar de nuestro entorno mediante una empapada a la cultura mexicana, en su televisión, en su radio, en sus municipios, en sus redes sociales, en sus publicaciones periódicas de mayor difusión, lo que impera es lo antes descrito.

Es fácil decir que el mexicano vive en una mentira, en un mundo imaginativo, en el cual la cotidianidad es despegada a lo que las exigencias dialécticas marcan, pues es más accesible a un mexicano promedio la televisión que un servicio de seguridad social o incluso el de salud.

En la mañana me dijo mi hermano: "Sí en las despensas de oportunidades viniera una pistola, habría menos pobres; así es el mexicano", claro, es una suposición irónica, pero no es alejada de nuestra idiosincrasia.

Queda en nosotros llevar a cabo un cambio y una mejora, en los aspectos mencionados y en más, ya que seguir con una postura como la del mexicano clásico, nos ha costado un retroceso tremendo y una mala herencia para nuestros hijos e hijas. ¡Aún es tiempo!



 Imagen que circula en internet a consecuencia de los constantes comerciales televisivos del Gobierno Federal, los cuales han ocasionado burlas cómo ésta.



Publicidad para una película mexicana protagonizada por Eugenio Derbez.




martes, 8 de octubre de 2013

¿Bailamos?

La música popular juega un papel muy importante en la formación de una cultura determinada, éste fenómeno es más evidente con la creciente industria musical que gira en torno a lo comercial.

Hace unos días tuve la oportunidad de escuchar una canción de los "Ángeles Azules", un popular grupo musical, con una larga historia de permanencia en el gusto de la sociedad mexicana, claro, no de toda; la melodía que sonaba en la radio del vehículo del servicio público lleva por nombre "Entrega de amor", la letra de la canción va acompañada de un ritmo muy atractivo, lo cual la hace fácil de memorizar, su composición es simple, no se emplea un lenguaje complicado o reflexivo, más bien, es muy coloquial y representa situaciones comunes en la vida diaria. 

El juego de palabras es muy conocido para el público, en especial porque la canción sugiere un apasionado encuentro sexual, lo cual, convierte a esta pieza, como muchas más del grupo y del género musical, en verdaderos himnos para las parejas que crecieron escuchando las interpretaciones del colorido conjunto; por ejemplo, para resaltar lo que digo, quiero hacer un breve análisis a la letra de la mencionada pieza:


Estamos en lugar prohibido
en busca de experimentar
donde se hace el pecado del amor 
y el tiempo nos hace esperar. 



Aquí, en la primera estrofa de la canción, podemos ver una clara representación de lo que la sociedad mexicana de las pasadas tres décadas concebía como un encuentro sexual libertino, el cual, para la religiosidad existente en el país, por la evidente mayoría católica del mismo qué, un encuentro intimo entre una pareja sólo puede llevarse a cabo en el matrimonio:

Hebreos 13:4 Tened todos en gran honor el matrimonio, y el lecho conyugal sea inmaculado; que a los fornicarios y adúlteros los juzgará Dios. (Biblia de Jerusalén) 

no por eso refiero que sean parejas adúlteras, pueden bien, ser novios o personas que se conocen de tiempo y alguna situación los a orillado a tomar la decisión de compartir su sexualidad con el otro. ¡Claro!, estoy dando una cita de la biblia porque no cabe otra explicación para hablar de un pecado y una prohibición, ya que, según nuestra legislación, en ningún código existente, es prohibido que dos personas se reúnan, en específico, para consumar un acto carnal; todo eso aunado a la ferviente referencia al catolicismo que hace la música del conjunto en sí. 

A continuación tenemos las siguientes estrofas, que son menos representativas que la primera, ya que en ellas se habla más de un acto que de una reflexión, de la cual se incluya emitir un juicio o vivir un dilema, ya que no se habla más de un sentido religioso o espiritual y sí de uno más erótico.

Te miro, y me miras amor 
te pregunto en que piensas 
y me dices en ti y en mi 

Veo que te sueltas el pelo 
mirándote al espejo 
mirándote a los ojos. 
Una mirada entregada en un tiempo 
Sin tiempo y un semblante hermoso. 

Y me dices, he pensado mucho en ti, 
te he soñado tanto aquí 
que no imagine, 
que iba a ser así la entrega de mi amor, 
hacia ti. 

Ahora bien, luego de mirar la corta letra de la canción y su fácil memorización, no es de sorprender porqué fue un éxito la banda, ya que no sólo se dedicó a hacer música bailable, sino qué, se preocupó de llevar un sentido más emocional, y cada vez más sexual a su audiencia. Pero no para ahí la cosa, porque las canciones de contenido similar, se han mantenido en el gusto por generaciones, incluso hoy, suelen escucharse y cantarse en los sitios de reunión de grupos de personas de diferentes edades, incluso, sin existir una diversidad en las mismas.

La música que hoy se escucha en México, es muy variada, a esto me refiero nuevamente como lo dije al principio, la música popular; ya que no sólo es objeto de diversión o de expresión, es un gran recurso económico, una herramienta que el consumismo emplea de manera salvaje para enajenar riquezas, por lo general, de la gente más pobre, que suele ser la que gasta más dinero en dicho rubro.

Tan fácil es darse cuenta qué, los programas de entretenimiento emitidos en cualquier medio de comunicación, giran en torno a sembrar la idea de un ídolo musical nacido del pueblo para el pueblo, falaz aseveración que nos conduce a adquirir un producto, que de entrada es ajeno a nuestras necesidades y de salida, innecesario. 

En específico, algunas manifestaciones musicales como la anterior, son las piezas que corresponde analizar desde otro enfoque, quizá en un punto más especifico, empleando la filosofía y la sociología podemos indagar e interpretar objetos que día a día nos encontramos, ya sea en una plática con amigos, maestros, científicos... o hasta escuchando en el radio del operador de transporte público una canción, no sé, tal vez.

Mi opinión de la música popular no acaba ahí, pero por el momento los invito a mencionar alguna canción que comparta dicho fenómeno, ¿Quién sabe?, si después resulte que la verdad no nos gusta la canción, sino que la oímos tantas veces, que llegamos a asociarla con una verdadera pieza artística o cultural, queda a su criterio. 




Fuentes:

miércoles, 2 de octubre de 2013

Yo nací el 2 de octubre del 68´

Han pasado ya 45 años, y aunque mi vida es corta, siento que mi alma es vieja; que mi esencia ha vivido ya muchos años, que he muerto con las voces que las balas han callado y que cada grito de dolor por los desaparecidos políticos son mis verdaderos años.
Así puedo imaginar un devenir propio, uno que surge de los deseos de libertad y autonomía que muchos hombres y mujeres querían, que no por ser jóvenes la mayoría, ignorarían su momento histórico y traicionarían sus convicciones.
No puedo sino mirar las terribles imágenes que nos recuerdan a todos la crueldad humana, aquella que nace del nefasto deseo del poder; económico, político, ideológico. Todas verdaderas razones egotístas, razones vacías, razones que  sólo un cobarde amañado podría ocupar para justificar su genocída obra, así fue en la madrugada del 2 de octubre de hace ya nueve lustros, una mañana que quedará para siempre guardada en el colectivo que es el mexicano.
No puedo culpar únicamente a un hombre, a un tecnócrata, pues no actuó solo. Aquellos que abrieron fuego contra los manifestantes nos disparaban a todos, herían y mataban a sus hermanos, hermanas, madres, padres, hijas e hijos; sin duda una mañana que pasará muchos años en la sociedad, hasta que por fin se pueda considerar una transición del pensamiento, una reforma filosófica del pensamiento.
Los deseos de culpar a los entonces encargados de salvaguardar el orden público se reducen a pensar, ¿En qué mundo vivimos que no pensamos en una igualdad social más necesaria que una buena administración gubernamental?, ¿Es qué, acaso, somos ovejas que necesitan de un pastor que nos pastoree, que nos pegue con un palo, nos cargue a nuestros hijos, nos trasquile, nos mate por decidir que somos muchos o simplemente porque hay una fiesta y quieren sus invitados comer cordero?,  no señores, no somos borregos, y no lo digo porque los borregos sean unos animales domesticados, lo digo porque nosotros no somos objetos de lucro, no pretendemos tener dominio estratégico de nuestros semejantes para calmar los fines políticos o económicos de otros aristócratas, es por eso que yo me niego a ser una cifra más en la estadística de los nefastos representantes políticos, de aquellos que viven en el sueño griego, en la paideia, por ellos ignorada, confundida con mezquinas doctrinas necrófilas, heredadas de siglos de corrupción y de espíritus caducos, que parecieran ser puramente artificiales.
Nunca entenderé porque la retórica tiene que ser parte esencial de la preparación de los políticos, cuando en su mayoría son sátiros, arpías y otras calamidades de iguales dimensiones, al permitir que su representación en la función pública sea opaca, debido a que decidieron traicionar a sus votantes por un puño de privilegios económicos, que a la larga sólo ocasionarán desventuras y tragedias.
Ja, echo una carcajada por aquellos hipócritas que, educados en la conveniencia y los vicios pronuncian discursos filosóficos, cuando en lugar de virtud siembran antivalores, pero, pese a eso, los claman cual poeta excitado los declamaría a su público amado, al cual le deben el amor de sus letras y versos. A todos aquellos que enmascarados de transición pactan con políticos corruptos, con funcionarios desalmados y desayunan con empresarios  narcisistas, a todos ellos les dirijo mis palabras, les dedico las gotas de sudor mías y de mis hermanos, de hombres y mujeres que trabajan y estudian, que ríen sinceramente o purgan una condena en prisión por una causa injusta o porque hubo una violación al debido proceso.
Hoy miro con desventura a miles de jóvenes que derraman odio sin sentido a cualquier autoridad, aunque ésta sea la de su propia familia, jóvenes perdidos en los fanatismos mal intencionados que los convierten en héroes para sus pequeños grupos de pseudointelectuales, aquellos que antes de buscar el diálogo incentivan las respuestas violentas en sus receptores, que piden de ellos su participación en actos de agresión física y verbal antes de instruir a sus colegas de manera dialéctica de la situación por la cual manifestarse. Cuidado, esos son peores, no por ir contracorriente tienen la razón, la razón es la verdad, y la verdad sólo puede llegar a conocerse mediante la reflexión, y la misma nos reflejará que hay tantas verdades cómo hombres o mujeres, sin ser subjetivistas, sólo siendo imperativos podremos manejarnos de una manera más civilizada en ésta frágil sociedad, la cual, por días como el 2 de octubre de 1968, está plantada en cimientos de corrupción y unida con una mezcla de mentiras.


 Fotografía tomada de Twitter


  Fotografía tomada de Twitter


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