miércoles, 26 de marzo de 2014

El estado de incongruencia

Una vez fuimos el viento que se mezclaba con la sal del mar y las piedras del río, que acabó llenando los pulmones del jornalero chiapaneco y del minero de Iquique.

   Una vez, así puede ser de incongruente en la poesía el decir que pertenecemos a un signo como el viento, que somos un suspiro que se va con la muerte y el postergar de la vida; la conciencia que nos caracteriza nos ha hecho capaces de entendernos con un lenguaje tan simbólico como el que empleo en éste momento, ya que pese a ser subjetivo el sentido de ser el viento, la sal y las piedras, se entiende que lo dicho es una metáfora, lo que sigue después es lo complicado.
   
   Hace no mucho entablando una conversación con un amigo mío, encontré en sus palabras las verdades que mis sentidos percibían por sí y no querían reconocer mi sensatez o instinto de conservación, que me orillaba a ser primitivo y considerar mis razones como únicas e inamovibles en congruencia con mis palabras. Fue así como caí en cuenta de la terrible incongruencia que existe con mirar y no ver nada, o hablar y no decirlo; que es lo peor.

   En su "Ensayo sobre la ceguera", el maestro Saramago nos transporta a un mundo no distante al nuestro, a una situación no distinta a la actual, donde la vista como sentido nos limita a conocer un mundo sensorial distinto, lleno de coches y calles, de nombres y pasiones, pero nunca un mundo verdadero, ya que la vista no puede ser el sostén del mismo, pero lo es, lo es y basta con hacer inmersión al texto del genial portugués y deleitar un mundo caótico, tan impedido de su propia supervivencia por la perdida de un sentido como lo es la vista.

   Vemos sin ver. Seguramente has tenido en tu vida momentos tan significantes que solo recuerdas como una secuencia de una película, como una actuación ante tus ojos, posteriormente como una reacción en tu cabeza, en tu cerebro; que registra el dato y lo convierte en un estímulo para generar una emoción, algo que complementa un recuerdo. Si bien es algo meramente subjetivo lo que digo, insisto, basta hacerlo; recordar algo, un pensamiento suelto, verá que no puede estar ajeno a la creación de un entorno, un determinado sonido y estado, una iluminación o una experiencia física o psicológica determinada. Así funciona nuestra naturaleza empírica. Atribuyendo un aprendizaje con la repetición y el análisis de un acto o hecho, constituido por nuestra propia participación en el mismo o la realización por parte de alguien más para mirarlo.

   En el texto del nobel europeo, la situación es similar, el lector se arma escenas cada vez más complejas en su imaginación conforme avanza el libro, pero no deja de lado la parte visual aportada por un personaje que parece ser el único con el sentido de la vista intacto, testigo crudo de la desaparición parcial del ser humano por su dependencia en el sentido visual. Un ejemplo claro es la moda, cargada de tendencias y estereotipos, es un código completo, un complejo sistema de lo que es correcto y lo que debe ser "rechazado". Hace no más de 20 años todavía era común ver a personas - lo digo en sentido propio-, con calzado de plástico, ropa común a su descendencia étnica, un ligero dominio de los arquetipos electrónicos y digitales en la vida cotidiana, pero hoy, todo eso quedó en el olvido, con la aparición de fuertes modelos, los más vulnerables a perder su identidad son aquellos que están en formación de la misma, y como si se tratara de una cuestión de programación, son educados con filosofías ajenas a su identidad, a su cultura, a su condición física, académica, económica, moral y religiosa.

Portada del libro "Ensayo sobre la ceguera" de José Saramago editado por Punto de lectura

   Hablar y no decir nada. "Los vasos vacíos hacen más ruido", así dice el aforismo coreano al hablar de alguien que habla y no dice nada, alguien más bien vacío como el vaso que ha derramado su contenido, o aún no ha sido llenado. La educación y la formación es primeramente auditiva, en modernos estudios que no mencionaré por falta de tiempo, se cuenta con evidencia que apoya un sentido auditivo y sensorial en los bebes dentro del cuerpo de la madre, distinguiendo la voz de sus padres y los tonos que se emplean para hablar entre los adultos, un hecho sorprendente en un mundo tan visual como lo es el nuestro.

   La importancia del habla es tan universal como el sentido visual, no por tanto se pretende tener un jerarquía entre ambos sentidos, en resumen, se pretende demostrar la holísitca del entendimiento, como se compone nuestra realidad y como podemos extraer el provecho a nuestras capacidades sin perjudicar el entorno. Dicho de otro modo, tratar de comprender el sentir y el obrar antes de hacerlo, el fortalecer un sentido contemplativo por medio del análisis detallado y reflexivo de la realidad compuesta, para poder mirar y observar; y, hablar y decir. 


Tazas de te del periodo Tianqi

martes, 4 de marzo de 2014

De paseo por el panteón

Y abrí la boca para que se fuera* . Y se fue. Sentí cuando cayó en mis manos el hilito de sangre con que estaba amarrada a mi corazón.
Juan Rulfo



Cantidad de veces nos hemos dado a visitar distintas latitudes, ciudades, pueblos y demás lugares, pero, ¿Han ido a caso al lugar donde se encuentran los que fueron y no están?

   Hace días tuve la oportunidad de regresar a mi tierra nativa y visitar dos cementerios; uno es el del centro de Zacatlán; el otro es el panteón de la junta auxiliar de San Pedro.

   En el interior del lugar se podía escuchar el sonido de pequeñas aves y viajeros ocasionales como yo, en cada una de las tumbas y sepulcros yacía un nombre, sólo o filiado con algún otro. En el interior del panteón es fácil encontrarse con placas y efigies típicas que le dan una vista parecido a la de un complejo habitacional moderno, donde los inquilinos hacen y modifican sus viviendas con la asesoría de un arquitecto, un ingeniero o un maestro albañil, y después solicitan el permiso para iniciar su obra en el palacio de gobierno local.

   Así parece que ha sucedido en el interior de los cementerios, solo que aquí la arquitectónica edificación del recipiente que albergará nuestros restos fúnebres sólo será habitada por la muerte y visitada por algunos vivos.

   También hay personas que no han levantado un solo ladrillo para albergar al que se ha ido, dejando un montículo de tierra en forma de una duna y levantando a su cabecera una representación alegórica y simbólica de los deseos que le guardan al difunto, ya sea que le coloque una cruz, un obelisco, una estrella o cualquier otro artilugio en que el nombre que identifique al enterrado será grabado.

   Sin embargo, la visita de un lugar lleno de historia y de tradición como un panteón siempre será un recreo para el ser humano, un lugar que lo pone en contacto con sus más internos pensamientos y con un huésped el cual a veces llega más temprano de lo esperado. 

   La muerte es sin duda parte importante y protagónica del mexicano, pues a pesar de ser un panteón un lugar lleno te tumbas y flores, la filosofía que se ha corrido por los siglos en nuestra tradición nos ha llevado a tener en mente la idea de un lugar festivo y cíclico, al cual le pertenecemos y que tarde que temprano nos llamará a formar parte del entorno, al menos de nuestra física humanidad. 




 Placa de piedra tallada por la inauguración del panteón de San pedro por el año de 1904.



 Parte trasera de una tumba, data del año de 1932
 Costado de la tumba anterior, se puede ver a detalle una serie de símbolos empleados en la época.



 Tumba adornada por una rica variedad de símbolos, fuera se encuentra la cruz de otro deudo que al parecer está depositado ahí. Sin fecha.



 Tumba de un antiguo militar, se encuentra en el interior del panteón de Zacatlán. 1881



Detalle de la tumba anterior.


* Se refiere al alma, extraído de la novela de Juan Rulfo, Pedro Páramo.

sábado, 1 de marzo de 2014

Los pseudofilósofos de internet, sabios de Ctrl+C Ctrl+V y compartir.

Puede haber una infinidad de formas de parecer interesante, pero ¿Qué pasa cuando abusas de la apariencia y empiezas a parecer un idiota consumado?, no puedo dejar de notar que en ocasiones en las pláticas del transporte público, en los programas de radiodifusión local, y en general doquiera que existe una interacción humana donde el lenguaje verbal y gramatical son los códigos sintácticos, existe un dominio de conductas adoptadas por repetición, ya que no se escucha con frecuencia un intercambio de contenido valioso, sino una simple función fáctica, donde las preguntas como ¿En serio?, ¿No me digas?, o las afirmaciones como un "mhm" o la locución y redacción de mensajes aduladores o egoístas que limitan el intelegir, mantienen una determinada aceptación social más que un objeto beneficioso.

   ¿A qué me refiero?, a que sin duda todos hemos tenido un amigo o amiga, familiar o conocido que durante horas podía hablar sin decir nada, o a diario escribe en algún lugar y parece que lo más original que puede redactar es una nueva definición de la Real Academia Española para iniciar su escrito, porque de ahí en fuera es su adaptación a sus receptores lo que le obliga de alguna manera a obrar como una rémora, para mantener una función que lo único que busca es conseguir contacto con otros, o sea, una armonía carente de creatividad y de contenido útil a los demás, una persona que habla bien y mal a conveniencia, por lo general disfrazada de un buen orador o escritor, pero en realidad es cosa vacía; es la máxima representación de los puntos indefinidos que forman las lineas en los trazos, ya que no son solo parte, sino que aspiran a mantener los grupos sociales en una clase de hermetismo, el cual no acepte otras ideas mas que las que son propias, ya sean del repetitivo sujeto o de sus simpatizantes igual de fanáticos.

     Entre tanto no puedo decir que sean un mal como tal, ya que para serlo deberían ser lo opuesto al bien, pero como lo opuesto al bien es el no bien, el mal tiene por lógica otra posición al mismo bien, y esa es la de contrario, porque uno es sin el otro y no por su inversa, ya que la conducta no se rige igual que gramática, y esto es fácil de ver desde el punto qué, si el bien fuera por lo contrario al mal, no podría haber siempre sino bien o mal y nunca ambos, que es algo ilógico.

  Entonces, luego de ver que estos sujetos son fanáticos, y que hacen un mal; también hacen un bien, ya que mantienen una sociedad activa, porque si estuviéramos todos en su postura o en alguna distinta en la que demos importancia a los contenidos del código de signos que empleáramos, sería una vida que pronto se volvería algo distinto al mundo como lo conocemos, ya que el único momento de que se actuó tan radicalmente fue antes del hombre, y tal vez si hubiera otra sería con la extinción del mismo.

   No pretendo decir que somos seres condenados a una vida rutinaria, sino que el proceso del conocimiento de nuestra propia existencia, epistemología, economía y en sí de cualquier filosofía que nos ayude a conocernos serán algo digno de analizar, de profundizar y hacerlo bien; porque para ser honestos, en ocasiones hemos sido el imbécil que habla y escribe sin nada que comunicar, sólo lo hacemos por mantener una comunidad viciada y sumergida en una ignorancia que nos brinda la protección de lo que en el exterior nos muestra nuestra psiquis como un mundo hostil y cruel; sin embargo, el lugar en que estamos recluidos es donde el vicio, el odio, la pseudofilosofía, etcétera, abonan terreno fértil a un status quo que a diario podemos ver en internet por ejemplo, cuando muchos escriben o copian signos que emitió alguien más y son atribuidos a iconos o símbolos populares, creando una nueva generación de filosofos de internet donde los pensamientos más profundos caben en trascendentales aportaciones virtuales de menos de tres megabytes que dicen en su mayoría de veces cosas como: "apaga la TV y prede tu cerebro", "prefiero a los libros que a las personas", "Nietzsche y Cortázar fueron los más grandes"; todos acompañados de afirmaciones igualmente increíbles de alguien quien por lo general ocupa los medios para manifestar cuestiones empáticas, y, en fin, demás pretenciosos ejemplos parecidos, que sólo cuando te encaras a la gran mayoría de esos usuarios virtuales, te das cuenta que no tienen una mínima de la codificación de los códigos que manejan, ¿Será por que se saturaron de tanta información?, no lo sabré nunca, pero también puede que me equivoque, como lo hago con frecuencia.


 Imagen tomada de internet. sin autor ni título

 Imagen tomada de internet. sin autor ni título