jueves, 19 de septiembre de 2013

La violencia

La creciente inconformidad de la ciudadanía en general, nos ha orillado a no siempre pensar de manera objetiva las cosas que nos pasan y más aun, cuando los hechos recientes no pueden ser sino objeto de crítica a los individuos que responsabilizamos por tener la tarea de protegernos, lo anterior claro, hablando de un proceso democrático.

En días pasados empleando la plataforma de Twitter no pude mas que observar la cantidad de agresión que con un mínimo de provocación puede ser la única forma de comunicación en la red social, y a ésto me refiero a las Tendencias, cuya mayoría de ocasiones son encabezadas con provocaciones sediciosas, violentas, racistas, sexistas y hasta frases sin sentido. Razón que me lleva a pensar en la verdadera utilidad de las redes sociales, en especial la antes mencionada y Facebook, que son las que mayor difusión tienen en el país.

Algunas veces, no lo puedo negar, me han sacado más de una carcajada por la creatividad de los comentarios, así también, ganas de contestar aquellos comentarios encaminados a provocar el odio y la violencia entre los navegantes o "Tuiteros" y los usuarios de Facebook; pero no podemos, al menos en mi caso sostener una discusión vacía con personas que tienen por bandera hacer de la violencia su modo de vida.

Personalidades, en particular políticas, son las principales victimas de estos usuarios de las redes sociales, que parecen no tener en su mayoría una razón lo suficientemente clara y objetiva para emitir una crítica, pero no podemos únicamente pensar que toda aquella manifestación que no coincida con la nuestra, o esté redactada con groserías, vituperios y picardías, así mismo de imágenes no siempre muy recomendables al público sensible, sean descalificadas sólo por su contenido.

En nuestro colectivo, llamado de una forma muy general -Cultura- no podemos alejar la idiosincrasia mexicana, en cuyas raíces viven muchos complejos que nos han marcado a lo largo de nuestra historia. Y que hoy día parecen no estar del todo olvidados o erradicados. 

Con frecuencia podemos llevar estas prácticas a la vida fuera de los medios tecnológicos, pudiendo ocasionar grandes separaciones en nuestra sociedad que vive fuera de las redes y más en la vida fenomenológica, razón que a mi parecer favorece las conductas violentas en los no usuarios, por la desinformación que ya antes sugerí con la falta de bases o pruebas suficientes para ejercer la libertad de expresión con verdadera naturaleza axiológica y valiosa a la humanidad.


La crítica, Julio Ruelas 1906

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