viernes, 6 de septiembre de 2013

No podemos seguir así

No recuerdo en fechas próximas lluvias cómo las que hoy se viven en mi ciudad, quizá es un capricho más de la naturaleza; de aquella Gaia que nos deja atónitos con sus repentinos ciclos, parecidos a los de una mujer, sólo pronósticos podemos ver de ella, además, nos es incalculable el daño que de ella puede venir, no por compararla con una fémina, más bien, por tratarla de manera misógina.

Para qué alarmar, no puede ser tan malo, la vida fluye con sus temporales, se alimentan las plantas de sus precipitaciones, las cuencas y arroyos recuperan su belleza, todo gracias a Gaia, la "mujer" que con sus lagrimas nos castiga, por nuestro machismo, nuestra avaricia, nuestro egoísmo, por nuestros vicios en general, pero no nos abandona, sabe que podemos cambiar, que es sólo un comportamiento suscitado por el vecino, aquel vecino implacable y violento, que no conforme de estereotipar la tierra, quiere sembrar su "American way of life" mediante el cual nosotros aparentamos y en el peor de los casos anhelamos llegar a a ser como nuestro colindante; e imponer castigo a nuestra madre tierra, naturaleza, planeta, ¡Cómo la quieras llamar!, pero esto no puede seguir así.

En México, como en el resto del mundo antiguo, existieron cultos a los dioses, en su mayoría cada uno de ellos explicaba la presencia de un fenómeno natural, pero qué pasaría si el día de hoy fueran los "Dioses" los que rigieran a su antojo la tierra y nos condenaran, cada uno a su pueblo por desobediencia o por falta de tributo. Hoy tenemos entre nosotros a unos que se consideran esas "deidades", que se han querido disfrazar de buenos hombres y mujeres, deseosos de mejorar la vida a como la llevamos, porque no es el modelo que debemos tener, no sin un auto, hipoteca, gimnasio, moda, morbo y demás cosas que nos son ajenas a la naturaleza, pero necesarias para la sociedad en que nos hemos convertido, adoptando la religión caótica, la reunión con motivo de malicia, el culto a lo sintético, a lo muerto, a lo inerte... nos vuelve "necrófilos" cómo lo dijo Fromm (1966), amantes de la muerte, adoradores del desorden y todo aquello que enferma y veja.

Hacer un auto análisis es vital, no podemos seguir así; más allá de tener a un culpable, a un fenómeno natural y a un mal vecino, debemos corregir esa masa amorfa que somos nosotros, la verdadera causa, que con nuestros prejuicios y falta de humanidad, nos deja susceptibles a ser dominados, a ser sometidos o estar en estulticia por permanecer cerrados al conocimiento. La respuesta a nuestro problemas está en nosotros y sólo conociendo la respuesta se puede actuar de manera segura y sin dañar a nadie.


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